Propuesta Curricular
Emile Beraum
La universidad dentro de las finalidades que debería perseguir debería apuntar sobretodo a la formación de un alumno
con mucha conciencia crítica, el cual reflexione los contenidos y profundice sobre lo que apre-hende para plantear alternativas
de solución frente a los problemas sociales sea, la carrera que sea dentro del centro de estudios pero aún con mayo fuerza e intensidad en las carreras vinculadas
a las ciencias sociales, que como su mismo nombre lo indica son carreras que tratan científicamente a la sociedad.
Lamentablemente la universidad parece haberse desviado dentro de sus fines últimos, pues actualmente pareciera que
bajo la lógica de mercado funciona como una empresa, en el sentido que lo que busca captar son clientes y no potenciales profesionales
críticos y reflexivos, buscando para sí ganancias y lucro donde debería haber un aporte social, haciendo posible una degeneración
educacional a cambio de mayores ingresos debido a un ingreso mayor de alumnado, sin importar siquiera la saturación profesional.
Esto parece hacerse evidente en la curricula universitaria en donde cada vez son impuestos una mayor cantidad de cursos
no del todo trascendentes, y a su vez persiste la voluntad de eliminar cursos que bajo la etiqueta de no útiles se buscan
eliminarlos, siendo estos últimos los que generan algo de reflexión y que rompen el esquema de percibir al alumnado como simples
estantes o compartimentos que hay que “rellenar” con “conocimiento”.
Para el caso especifico de la escuela académico profesional de historia las cosas son mucho mas claras y obvias, el
historiador debe estudiar el pasado para poder no solo comprender el presente sino transformarlo, previa desmitificación y
ruptura de falsos mitos y discursos elaborados durante todo ese pasado en estudio, sino el presente que buscaría entender
y transformar no podría entenderse del todo, para esto dentro de su formación profesional muchas herramientas son necesarias
y urgentes.
Y esas herramientas son posibles brindarlas mediante cursos específicos, siendo en lo personal aparte de los de contenido
netamente histórico, el eje filosófico-teórico-metodológico, siendo cubierto por los cursos de filosofía de la historia, teoría
de la historia y metodología de la historia.
El curso de filosofía de la historia tan necesario para que el futuro historiador, sepa las principales ideas y las
corrientes filosóficas presentes en todo el proceso de desarrollo histórico, haciendo esto posible un mejor entendimiento
de éste, es importante también pues brinda el conocimiento de la propia concepción histórica que los propios filósofos tenían
de su entorno y su contexto, brinda además la posibilidad que el estudiante se
forme y elabore su propia forma de pensar, siendo siempre autocrítico y reflexivo.
Este referido curso tendría carácter de obligatorio, y sería un soporte muy importante dentro de la formación del historiador,
pues como podría por ejemplo un alumno que se interese por la época colonial, desconocer las principales ideas filosóficas
medievales con las que llegan los invasores-conquistadores españoles, así como las mismas que se iban desarrollando y debatiendo
en esos referidos siglos.
Así también es muy importante un curso de teoría de la historia, que ayude y brinde la posibilidad
para el alumno de conocer los elementos sobre la función y el objetivo , así como la trascendencia de la historia dentro de
la sociedad, y también sumamente importante, un curso como el de metodología de la historia, donde se brinden las herramientas
metodológicas para que haya una posibilidad real de construir proyectos y realizar tesis, es una verdadera lástima que haya
alumnos que recién cuando terminan, están preocupados porque en realidad no saben que método aplicar para la construcción
de su proyecto, ni mucho menos saben los principios básicos para la elaboración de una monografía.
El curso de filosofía debería dictarse en tercer año, al igual que metodología de la historia, (ambos teniendo como
pre-requisito a introducción a la historia) y a su vez siendo estos cursos pre requisitos para teoría de la historia a llevarse
en cuarto año.
El problema aquí, en sociales sobretodo, donde pareciera haber una intencionalidad muy marcada de imponer cursos y
anular otros antojadizamente, pareciera tener como finalidad, que el alumno no esté preocupado por lo que en realidad sucede
en su entorno, su tomamos en cuenta la idea que la propia universidad es una sociedad en pequeño, pareciera haber el mismo
problema que en la sociedad real, que es el de mantener ignorante a la gente,
para que sea incapaz de cuestionar nada, pues que cuestionarías sino conoces, pareciera esto exagerado, pero el alumnado tiene
que ser conciente de esto, ser conciente de ser capaz de defender sus cursos, y su propia formación, y si aceptamos esto de
que la misma sociedad es por lo tanto una sociedad en pequeño, como futuros científicos sociales preocupémonos por lo que
sucede allí dentro.
A esto me refiero por la intencionalidad de eliminar un curso como filosofía de la historia, donde se criticaba por
el posmoderno decano la “subversión” de algunos contenidos allí brindados, claro obviamente entendiendo subversión
como critica a lo existente y buscando un cambio para mejor, sino que siempre hay algunos que tiene miedo al cambio, pues
esto significa criticas y perdida de privilegios.
Hay un elemento muy importante dentro de esta curricula, sabemos la importancia de los cursos referidos, y sobretodo
la forma como deben brindarse y también ser exigida por el alumnado, es decir que como futuros científicos sociales tengamos
un compromiso con la sociedad, compromiso de transformación de la sociedad que también debería verse reflejado en losrofesores
que los dicten, y aquí surge un problema mayúsculo, de que nos servirían papeles indicando los mejores cursos posibles si
los profesores mediocres-que no son pocos en sociales- los dictaran, así entonces la propuesta no es solo la de un cambio
en la curricula, que es urgente y necesario, sino también se hace urgente y necesario, la búsqueda de profesores capaces para
su dictado,
para la conformación a su vez de futuros científicos sociales a la altura que la sociedad se merece y necesita.